san benito

Quién fue San Benito

El 11 de julio, se celebra en todo el mundo a San Benito, quien es el fundador de la Orden Benedictina. En 1964, el Papa San Pablo VI lo declaró Patrono principal de toda Europa.

Es considerado uno de los santos más importantes y populares dentro de la Iglesia Católica.

Es conocido como San Benito Abad, o también San Benito de Nursia. El nombre Benito significa bendito o bendecido.

Su nombre ha resonado en todo el mundo por su gran vida de santidad y apego a Dios.

San Benito fue definido por el Papa San Gregorio Magno como “un astro luminoso” en una época marcada por una grave crisis de valores.

Nació en el municipio italiano de Nursia (Perugia) alrededor de 480 d.C.

Durante su infancia, San Benito mostraba cordura como la de los adultos y de esa manera fue resaltando de entre todos los niños de su comunidad.

El ambiente en el que se templó en su niñez y gran parte de su adolescencia era muy saludable.

En esas etapas de la vida forjó un carácter fuerte y humano. Adquirió un espíritu de profunda religiosidad.

Proveniente de una familia noble, sus padres lo enviaron a Roma para asegurarle una adecuada formación para estudiar las artes liberales.

Pero quedó perturbado por una tremenda crisis de valores y de instituciones, provocada por el final del Imperio Romano. A su llegada sintió un duro rechazo por la pobre moralidad que reinaba en el lugar.

Su permanencia no fue nada sencilla, ya que tuvo varios momentos de tentación para alejarse de su vida santa, por lo que decidió abandonar la ciudad.

Vive como ermitaño durante tres años en Monte Subiaco, donde se dedica a la oración y la penitencia.

Tras vivir en soledad en una cueva, se dirigió a Montecasino (a alrededor de 130 kilómetros de Roma), donde entre las ruinas de una antigua acrópolis pagana construyó su primera abadía.

Pronto se conoce su fama en los poblados vecinos y le solicitan unirse a su estilo de vida.

Para normar la vida en comunidad propone “La Regla”, que busca aplicar el Evangelio a la vida monástica.

El carisma de su comunidad se fundamenta en la frase: “Ora et labora”, que significa «Ora y trabaja».

Es gemelo de su hermana Santa Escolástica, quien desde su infancia se había consagrado a Dios y también llegó a los altares.

A San Benito se le atribuyen varios milagros, como lucha contra el mal.

Su aportación más importante es la escritura de una regla para sus monjes, conocida luego como la «Santa Regla».

La Regla de San Benito fue escrita alrededor del 530 (d.C), es un manual y código de oración para la vida monacal.

«La ociosidad -escribe San Benito en la Regla- es enemiga del alma; por eso han de ocuparse los hermanos a unas horas en el trabajo manual, y a otras, en la lectura divina”.

San Benito exhorta a los monjes a escuchar con el oído del corazón y a no dudar jamás de la misericordia de Dios.

Su intuición se volvió una luz no sólo para la vida del monasterio, sino que fue sobre todo una esperanza providencial para pobres y peregrinos.

San Benito fue también un poderoso exorcista. Este don lo ejerció con la famosa “Cruz de San Benito”.

Murió el 21 de marzo del año 547. Hacia finales del siglo octavo muchos lugares empezaron a festejar su fiesta, el 11 de julio.

La medalla de San Benito

Se dice que la medalla de este santo es de las más antiguas de la cristiandad y quienes la portan creen que tiene poder contra el mal

La medalla se originó en la devoción que San Benito le profesaba a la cruz.

San Benito recomendaba a sus discípulos usar esta medalla para ahuyentar a las fuerzas demoníacas y hacer el bien.

¿Qué milagros hace la medalla de San Benito?

En la página oficial de la Abadía de San Benito de la ciudad de Luján, explican que la medalla presenta, por un lado, la imagen del Santo Patriarca, y por el otro, una cruz, y en ella y a su alrededor, las letras iniciales de una oración o exorcismo.

Las iniciales son de la frase Va de retro satana, lo que se conoce como una fórmula católica de origen medieval derivada del Evangelio de San Marcos (8:33), quien la pone en los mismos labios de Jesucristo.

La medalla consiste en un sacramental reconocido por la Iglesia por su poder de exorcismo y de liberación del maligno a través de la fe.

Su oración encierra una invocación a la Santa Cruz, con el deseo suplicante de tenerla como guía y apoyo, y la expresión del rechazo a Satanás.

Estas palabras son una especie de invocación a la Santa Cruz con el deseo de tenerla como guía y apoyo, bajo todo rechazo hacia Satanás.

Es en pocas palabras una confesión de fe y de amor a Cristo y una renuncia al diablo de acuerdo con los fieles cristianos católicos.

Cómo es la medalla de San Benito

En el frente de la medalla aparece San Benito con la Cruz en una mano y el libro de las Reglas en la otra mano, con la oración: «A la hora de nuestra muerte seamos protegidos por su presencia» (Oración de la Buena Muerte).

¿Qué significan las siglas VRSNSMV?

El reverso muestra la cruz de san Benito con las siguientes iniciales:

  • Crux Sancti Patris Benedicti (C.S.P.B.): “Cruz del Santo Padre Benito”.
  • Crux Sacra Sit Mihi Lux (C.S.S.M.L.): “La santa Cruz sea mi luz” (crucero vertical de la cruz).
  • Non Draco Sit Mihi Dux (N.D.S.M.D.): “No sea el dragón mi guía” (crucero horizontal).

En círculo, comenzando por arriba hacia la derecha:

  • Vade Retro Satana! (V.R.S.): “¡Retrocede, Satanás!”.
  • Nunquam (según algunas versiones, es Non) Suade Mihi Vana! (N.S.M.V.): “No me aconsejes cosas malas”. O «para de atraerme con tus mentiras»
  • Sunt Mala Quae Libas (S.M.Q.L.): “Venenosa es tu carnada”, o “es malo lo que me ofreces”.
  • Ipse Venena bibas (I.V.B.): “Bebe tú mismo tu veneno”.
  • PAX: “Paz”.

Algunas medallas incluyen también el monograma de Jesucristo: IHS, o JHS.

La medalla de San Benito es un sacramental reconocido por la Iglesia.

Como todo sacramental, su poder está no en sí misma sino en Cristo, y nos recuerda constantemente su presencia misteriosa en nuestras vidas y nuestro compromiso como bautizados.

Iconografía

A San Benito se le representa habitualmente con el libro de la Regla, una copa rota, y un cuervo con un trozo de pan en el pico, en memoria del pan envenenado que recibió Benito de un sacerdote de la región de Subiaco que le envidiaba.

Gregorio Magno cuenta que, por orden de Benito, el cuervo se llevó el pan a donde no pudiera ser encontrado por nadie.

Devoción

Algunos creyentes invocan a Benito para protegerse contra las picaduras de las ortigas, el veneno, la erisipela, la fiebre y las tentaciones.

Es patrono de los agricultores (campesinos), ingenieros, y curtidores.

Patrono de enfermedades inflamatorias, de los arquitectos italianos, de Monreal del Llano en Cuenca (España), de los que padecen enfermedades de riñón, de los monjes, de la villa de Nursia (su ciudad natal), de Italia, de los religiosos (entiéndase pertenecientes a congregaciones religiosas), de los escolares, de los criados, de los espeleólogos.

Regla de San Benito

La Regula monasteriorum,  consta de 73 capítulos y un prólogo

Fue retomada por Benito de Aniano en el siglo IX, antes de las invasiones normandas.

Él la estudió y codificó, dando origen a su expansión por toda la Europa carolingia, aunque fue adaptada para restar importancia a los trabajos manuales frente a la liturgia y a los monjes.

Posteriormente, la Regla de San Benito adquirió gran importancia en la vida religiosa europea durante la Edad Media, gracias a la Orden de Cluny y a la centralización de todos los monasterios bajo esta Regla, encabezados por los cluniacenses.

En el siglo XI apareció la reforma del Císter, que buscaba recuperar un régimen benedictino más ajustado a la Regula.

Otras reformas (como la camaldulense, la olivetana o la silvestrina) han buscado también revivir diferentes aspectos de la Regla de San Benito.

Su influencia en el monacato es considerable tanto en occidente como en el mundo, especialmente en lo que concierne a la vida intelectual del cristianismo.

Esta Regla es un modelo de vida colectiva, tomada como ejemplo en la organización de algunas empresas.

Oración a San Benito

San Benito

tú que fuiste hombre de paz,

ayúdanos a alcanzar la paz;

paz en nuestros corazones,

la paz en nuestras familias,

paz en nuestro sufrido

y atribulado mundo.

.

Ayúdanos a trabajar por la paz;

a dar el primer paso para

acabar con la amargura,

a ser los primeros en extender

nuestras manos a la amistad

y al perdón.

.

Ruega a Dios para que la paz

penetre en nuestras vidas

y así,

podamos vivir en su Gracia y amor.

.

Y al final de nuestras vidas,

obtén para nosotros la eterna y

bendita visión de Dios en el cielo.

Amén

.

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